Estos problemas son ocasionales y pasajeros en la mayoría de los casos y son normales en la adquisición del habla.
Cuando estas dificultades en la fluidez no desaparecen y se hacen más frecuentes hablamos de tartamudez o disfemia. El tartamudez consiste en la interrupción en la fluidez o el ritmo del habla con una frecuencia mayor de lo que se considera normal en relación al desarrollo y la edad del niñ@. Estas alteraciones en el habla pueden ser las siguientes:
1.Repeticiones de sonidos, sílabas o palabras.
2.Sonidos largos.
3.Utilización frecuente de interjecciones del tipo eh...
4.Pausas dentro de una palabra.
5.Pausas o bloqueos en el discurso.
6.Sustituciones de palabras.
7.Repetición de sílabas.
El tartamudeo no suele estar presente en todas las situaciones de habla. La presión del entorno, el tema de la conversación o las emociones que experimente el niñ@ al hablar van a determinar el grado de la alteración en el habla en un momento concreto. Este problema suele aparecer tempranamente, entre los dos años y medio y los cuatro. En la mayoría de los casos el problema desaparece en los primeros años con el desarrollo de la comunicación y de las capacidades lingüísticas.
Sin embargo, para algunos niñ@s se va a convertir en un problema que puede durar hasta la adolescencia e incluso hasta la edad adulta.
En el siguiente enlace dejamos una serie de orientaciones para favorecer la fluidez del habla:
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